Hogar puede ser comunidad o familia, resguardo frente a los elementos o punto al que volver y en el que tener la ilusión de que controlamos nuestra vida. También es un lugar en el que intentar hacer el mundo a nuestra medida, y si el mundo que desearíamos contiene cosas que no existen en nuestro plano, el hogar puede constituirse como un intento de portal o pasadizo hacia un plano que nos gustaría habitar.

Una flor es una pintura mural y una fuente. Es un lugar para estar a gusto, para sentarse a no hacer nada, a estar. Para escuchar el agua caer. Poco más.

Es bonito pensar que en este mismo lugar, hace tiempo, también se escuchaba el agua, aunque la fuente estaba más al centro.

Cuando ocurre lo mismo en un mismo lugar, pero con años, décadas, siglos de por medio, pienso que el lugar está contento. Como si recordase su infancia en su vejez por vivir algo similar, algo cíclico mandatorio.

Autor:Julio Linares

Julio Linares (Toledo, 1985).
Tras licenciarse en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid se va a vivir a la selva de Brasil. Allí conoce la ayahuasca, es asaltado a punta de pistola y se interesa por los barcos. Consigue trabajo de marinero y navega hasta el mar Caribe. Regresa a Toledo para enfrentarse a su linaje de anticuarios. No aguanta mucho y regresa a América en busca de aventuras. Trabaja en sitios no muy legales y con el dinero ganado se compra medio velero en la República Dominicana. Una mafia local le usurpa el barco y huye del país. Vuelve a intentar ser anticuario en Toledo. No puede. Ahora se dedica a pintar.

Apoyo con el montaje: Albert Jorquera

Agradecimientos: El Rancho, Pedro Pinilla Braojos, El Cojonudo, Maria Cecilia Güelfi